Estábamos en un lugar muy bonito y perfecto, cerca del Museo Fabergé, con una habitación bien amueblada, espaciosa y con una vista estupenda.

La estancia en este hotel fue simplemente maravillosa. Obtuvimos una excelente relación calidad-precio y la habitación era espaciosa y acogedora. La ubicación del hotel nos permitió explorar fácilmente todos los lugares de interés de la ciudad de Baden-Baden. El personal fue amable y atento en todo momento.

La selección de desayunos podría mejorar ofreciendo más variedad de platos.

Una cocina exquisita, el lugar estaba impecable.

La habitación era lo suficientemente espaciosa, con aire acondicionado, WiFi gratis. Los desayunos eran exquisitos y el servicio agradable.

Todos en este lugar eran muy amables y la habitación tenía una vista increíble a las montañas, la chimenea y el salón eran geniales, y todos los servicios me parecieron agradables.

La habitación doble/con 2 camas individuales en la que nos quedamos era de buen gusto. Desayunos adecuados y geniales con mimosas, zumo de naranja recién exprimido y panes deliciosos ofrecidos por un personal muy bueno. La ubicación era estupenda, a 4-6 minutos a pie del Museo Fabergé. Los servicios eran excelentes.

Acabo de regresar de una maravillosa estancia de fin de semana en Der Kleine Prinz. El hotel es precioso, con una decoración elegante y clásica que te hace sentir como si estuvieras en un palacete. La habitación era amplia y cómoda, perfecta para una escapada en pareja o en familia. El baño era un auténtico lujo, con una bañera espectacular para dos personas y todos los detalles bien cuidados. El buffet libre del desayuno era de excelente calidad, con quesos y yogur con frutas deliciosos. Además, me encantó la música de piano en el comedor, creando un ambiente muy especial. Sin duda, si vuelvo a esta zona, repetiré en este hotel.

El personal, con alguna excepción es igual de altivo que el resto de los alemanes y bastante antipático.

Todo. El hotel es precioso, la decoración hace honor a su nombre, aunque, obviamente, si buscas una decoración contemporánea ésta no lo es. El servicio muy cortés y atento. La habitación era muy agradable y amplia, con decoración del estilo referido, y el baño era una delicia para una escapada romántica en pareja. La bañera era espectacular, preparada para dos personas, la grifería francesa, etc., todos los detalles muy cuidados. El buffet libre era de calidad excelente. Quizás no era tan variado como en grandes hoteles de cuatro o cinco estrellas, pero había variedad y no se echaba nada de menos. Reponían cada nada, de modo que las bandejas siempre estaban llenas. Se agradece el zumo de naranja recién exprimido, frente a otros hoteles donde dicen que es natural y no lo es. Excelentes quesos y yoghourt con frutas. La decoración de la sala del desayuno era absolutamente magnífica, tipo palacete, y el ambiente excepcional con música de piano, tanto de piezas clásico-románticas como adaptaciones para piano de música actual. Absolutamente recomendable. Si vuelvo a esta zona, seguro que repetiré hotel.

El servicio de lavandería y el restaurante son un poco caros, aunque hay que tener en cuenta que es un cuatro estrellas superior en Baden-Baden. El aparcamiento -al margen de las dos o tres plazas delante de la entrada, que no son para dejar el coche más que el tiempo suficiente para dejar las maletas- es al aire libre en un recinto cerrado del hotel Belle Epoque, a unos treinta metros en la calle de al lado; eso sí, es videovigilado. Hay un parking público bajo techo también justo en la otra calle que bordea el hotel, a unos treinta metros también. Lo pongo en cosas negativas simplemente porque yo prefiero aparcamientos cerrados subterráneos o bajo techo.

El hotel lounge con chimenea abierta ofrece un lugar para relajarse mientras disfrutas de un cóctel o juegas una partida de billar. Sentí como si estuviera en mi propia casa, pero con un toque de lujo y elegancia.

El aparcamiento es un poco limitado. Podría ser más conveniente tener más opciones de estacionamiento en el hotel.

Habitaciones con un balcón. Un desayuno buenísimo y adecuado con zumo de naranja recién exprimido, panes deliciosos, bollería, empleados inteligentes. La ubicación es perfecta y excelente, el registro rápido. También ofrece servicios muy buenos.

Me han encantado la chimenea y el salón en la habitación.

Acabo de pasar un fin de semana maravilloso en el Hotel Der Kleine Prinz en Baden-Baden. La decoración del hotel es preciosa y se adapta perfectamente a su nombre, creando un ambiente encantador y acogedor. El servicio fue extremadamente cortés y atento, lo que hizo que nuestra estancia fuera aún más agradable. La habitación era amplia y cómoda, con una decoración encantadora que nos hizo sentir como en un pequeño palacio. El baño era realmente impresionante, con una bañera diseñada para dos personas y detalles de lujo. El buffet libre del desayuno era de excelente calidad, con una buena variedad de opciones y una reposición constante de alimentos. Me encantó la decoración de la sala de desayuno, que tenía un ambiente elegante con música de piano de fondo. Definitivamente recomendaría este hotel a cualquiera que visite esta zona.

No dudaría en recomendar este hotel.

Me encantó mi estancia en este hotel. Lo que más me gustó fue la amplitud de las habitaciones, perfecto para viajes de negocios, y la decoración temática que le daba un toque especial. La ubicación también fue genial, cerca de todos los lugares de interés que quería visitar. Además, disfruté de la wifi gratuita en las habitaciones, lo cual fue muy conveniente para poder trabajar cómodamente.

En cuanto a lo negativo, no me gustó que el personal de recepción no fuera muy acogedor y que el desayuno fuera un poco escaso para el precio que se paga.

Nos ha encantado todo. Recomendaríamos a todos este lugar. Hemos pasado unos días increíbles en este hotel familiar. La ubicación era perfecta, cerca del centro de la ciudad, con unas vistas estupendas. Al lado de los restaurantes, de los mercados de navidad y también de todas las atracciones principales. La habitación tenía una decoración original y también había un baño grande. El personal era inteligente, el desayuno adecuado, tenía un montón de comida.

Teníamos prisa, por eso seguro que volveremos. El hotel era romántico, me han encantado sus habitaciones de buen tamaño y el personal muy atento. Lo mejor era la chimenea y el salón, y la posición del hotel, bonita y perfecta. Tuve un desayuno buenísimo, con pasteles, panes deliciosos.